Juan Manzur ahora se puede disfrazar de Cristina Fernández, e imitarla. No a manera de burla, claro, sino en cuanto a copiar los gestos políticos de la ex jefa de Estado, como aquella jugada de ajedrez de 2019 que se bautizó como “la gran Cristina”. Esa puerta le abrió la Corte Suprema de Justicia de Tucumán al jefe de Gabinete con su fallo. Porque lo que hicieron en el fondo los jueces supremos es permitir una posible reconfiguración del escenario político, centralmente en el oficialismo al habilitar que Manzur pueda ser candidato a vicegobernador. Ahora el ex mandatario tucumano tiene una seguridad con la sentencia del máximo tribunal: puede ir en una boleta secundando a un aspirante a la gobernación. Las preguntas caen solas: ¿elegirá a Osvaldo Jaldo como compañero de fórmula?, ¿o buscará imponer un “Alberto Fernández” para manejarlo a su antojo -si tiene éxito- y seguir conservando el poder?
Para ponerlo en términos sencillos: tiene en sus manos la chance de repetir aquella maniobra de la vicepresidenta y elegir un candidato a gobernador siendo él el vice. La resolución judicial favorable le despejó el camino y le abrió un abanico de posibilidades en la vida interna del PJ tucumano.
Políticamente, la Corte puso a Manzur nuevamente en la discusión fronteras adentro de la provincia; porque si no podía ser vicegobernador, sólo le quedaba la alternativa de ingresar a la Cámara de Senadores reemplazando a Pablo Yedlin en la banca (Manzur es el senador suplente, por lo que Yedlin debería renunciar al cargo) o bien jugarse con la postulación en una boleta presidencial del Frente de Todos. En esa línea, en los mentideros, se deslizó la dupla M-M: Massa-Manzur. O viceversa.
El fallo tranquiliza al jefe de ministros de la Nación, pero debería intranquilizar al vicegobernador en ejercicio del PE, porque ahora nada le garantiza que Manzur lo vaya a bendecir; lo cual, en sí mismo, implicaría una señal de fortaleza del médico sanitarista y una apuesta al debilitamiento del tranqueño de cara a la distribución de los espacios de poder a futuro en el justicialismo tucumano. ¿Especulativo? Sí, pero es un escenario que la Corte hace posible, o bien los tres jueces que votaron por la habilitación de Manzur: Leiva, Rodríguez Campo y Estofán.
Los argumentos jurídicos pueden ser objeto de análisis, pero las consecuencias políticas de la decisión son más interesantes de evaluar. Quedará para los constitucionalistas, los especialistas o en última instancia en manos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación el análisis jurídico fino del fallo del tribunal provincial; lo real es que ahora queda en manos de Manzur resolver si une o si quiebra al oficialismo.
Porque esas son las dos posibles derivaciones, y que dependen de lo que decida hacer el jefe de Gabinete en Tucumán: si fortalecer a Jaldo sellando un pacto político para conformar la fórmula conjunta del oficialismo o bien imitar a la vicepresidenta y tener su propio “Alberto” en la boleta para tratar de retornar al Poder Ejecutivo en 2027. El sanitarista tiene 53 años, y como alguien de su entorno supo decir alguna vez: no lo van a jubilar de la política a esa edad.
Si une o si rompe al PJ va a depender principalmente de lo que suceda con la oposición en Tucumán, si es que sale unida con una única fórmula como Juntos por el Cambio o si salen con dos propuestas; Sanchez-Murga por un lado y Alfaro con un referente del PRO o una figura independiente, por el otro. Y con Bussi con una tercera alternativa con FR.
¿Por qué sucedería una u otra situación? Veamos. Para un escenario de fractura total hay que remontarse a las primarias abiertas de 2021, donde todos se enfrentaron a todos. Los números de esas PASO dicen que, si hay dos fórmulas por el oficialismo y dos o tres por la oposición, Manzur podría ganar los comicios con su fórmula derivada de la “Gran Cristina”. Que el propio jefe de Gabinete ayer, cuando le preguntaron sobre los candidatos del oficialismo para 2023, haya dicho que es prematuro hablar de postulaciones, permite leer que pensará seriamente qué es lo que le conviene.
Sus silencios al respecto suelen desesperar a los compañeros de ruta porque no pueden descifrar qué es lo que está pensando, cuáles son sus intenciones. Por ahora se viene limitando a respaldar la gestión de Jaldo al frente del PE; lo que es lo mismo que decir que no ahonda las diferencias en el peronismo manteniendo unida a la tropa. El fallo de la Corte puede provocar sorpresas políticas a futuro.
¿Estará mirando Manzur los números de aquellas primarias para tomar alguna decisión? Más aún, hasta se podría preguntar si es que los manzuristas que apostaron todo y le ganaron a los jaldistas en la interna -y que luego vieron como sus adversarios se “quedaban” con el Gobierno- no estarán aplaudiendo el fallo judicial porque les abre las puertas a una hipotética revancha.
En ese sentido hay que prestar mucha atención a las cifras de las PASO del 12 de septiembre de 2021, porque resultan muy reveladoras si es que se producen fracturas en todos los frentes políticos. Básicamente dicen, por ejemplo, que si Manzur se enfrenta a Jaldo, le ganaría la interna, y que también les ganaría a todas las fórmulas opositoras. O sea, dueño otra vez de la Legislatura y mandando en la provincia desde la Muñecas y avenida Sarmiento. ¿Con Rossana Chahla?
Ya debe haber varios anotándose en la grilla manzuristas de posibles albertistas. ¿Quién podrá ser tan leal como para someterse al “dos”, como lo hace el Presidente con la vicepresidenta? Manzur necesita su propio Cámpora, si es que decide ir por el lado de la ruptura.
Miremos los números de las primarias del año pasado, la lista de Manzur, Lealtad Peronista, obtuvo en promedio (entre votos a precandidatos a senadores y a diputados) casi 293.000 sufragios; y la lista jaldista Todos por Tucumán consiguió 183.000. O sea, si hubiera competición reeditando ese enfrentamiento en el justicialismo, el médico sanitarista sonreiría.
Más todavía si vemos los números de la oposición, que participó dividida, por lo menos en Juntos por el Cambio. El alfarismo con Juntos para Construir sacó 142.000 votos en el rubro senadores y la dupla Sánchez-Campero sumó casi 140.000 en las precandidaturas a diputados. Las dos listas, sumadas, no llegan a los números del manzurismo. O sea, el jefe de Gabinete también les ganaría a los opositores, más si terminan yendo con fórmulas separadas.
O sea, el silencio de Manzur respecto de lo que hará con el fallo de la Corte permite realizar elucubraciones. ¿Qué estará analizando Jaldo? o bien qué estarán evaluando los jaldistas. Aunque no le refieran en voz alta, las sospechas y las dudas deben estar deslizándose con rapidez por los pasillos del oficialismo. ¿Qué hará Manzur? La Corte provincial le despejó el camino y le abrió nuevas posibilidades a futuro construyendo nuevos e hipotéticos escenarios electorales.